Este elixir esotérico se compone, como su nombre lo sugiere, de 33 esencias diferentes—extractos de plantas, minerales, flores, raíces y aguas sagradas—cada una de ellas elegida por su frecuencia energética y su correspondencia espiritual. Esta combinación actúa como un código vibracional que armoniza los cuerpos físico, mental, emocional y etérico.
El término «Ashé» proviene de la tradición Yoruba y representa el poder divino de manifestar, el soplo vital que permite que las cosas sean. Decir que un cóctel tiene Ashé implica que no solo tiene ingredientes, sino que está consagrado, activado y dotado de poder espiritual.